Por qué razón me dediqué desde los 14 años a la palabra escrita?
Fácil: porque deja huella. En uno y en otros.
Las palabras habladas también dejan huella, sobre todo por cómo se dicen, algo que siempre me jugó en contra.
Pero "las palabras se las lleva el viento" justamente es una sentencia inmanente para las palabras que se hablan, nunca para las escritas.
Aún cuando prendas fuego un libro, siempre algo quedará.
Amén.
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Se cumplen 15 años de escribir en vivo, latiendo, online. Prescindir del papel que me acompañó por décadas fue fácil: siempre tuve conciencia ambiental.
