There's a ghost in me, Who wants to say I'm sorry. Doesn't mean I'm sorry.

sábado, 14 de agosto de 2021

Nadie que te Abandone Merece las Lágrimas

Aún así, entendí muchos muchos años después, el por qué lloré sin consuelo las veces que mi primer noviecita oficial: Viviana R., de quien estaba perdidamente enamorado a los 12/13 y a los 15/16, me dejó por otro más lindo que yo. La segunda vez no, era un nabo el pibe, un nabo que tuve que boxear porque además andaba con los peorcitos del barrio (me vinieron a buscar como 10 monos y tocaban el timbre para que baje de mi Dpto. y no se iban) y no me quedó otra para hacerme respetar, con un terror incomparable esos minutos previos a tomar el ascensor para bajar y pelear, y no saber si volvía vivo a mi casa.
Momento bisagra en mi vida. 1989. 15 para 16 años.

Cobré un montón, pero el otro quedó peor.

Entendí que el abandono disparaba algo en mi muy inside, que me quebraba, que me dolía, que me superaba. Lloraba, lloraba A LOT desde niño.
Y ante el abandono, tomaba acciones en consecuencia. Acciones que no las pensaba mucho porque tenían raíz en el dolor profundo de un niño que fue abandonado por su padre de muy pequeño. Era reactivo.

Weird my mind, no la culpé a ella at all. Ella era resoluta, sabía perfecto qué quería de su vida y a quien no quería en ella. No tenía muchos miramientos en cambiar de noviecitos ni de amistades. Sabía perfecto lo que quería that´s all.
Anyway: Por muchos años no me la pude sacar de mi mente. Hasta los 17 I guess. Pasa que me la cruzo en la calle cerquita de su edificio 105 cuando se derrite de amor, se me entrega de la forma que solo las teens on fire pueden hacerlo, y yo estando en mi mejor momento porque estaba WOW de bueno back in 1991, la dejo pasar.

Y no me arrepiento.

Lo que sí aprendí de aquellos años es que todos tenemos una oportunidad en la vida para hacerlo bien, para hacerlo mejor, para hacerlo como el orto, para hacerlo peor. Yo pasé por todos ésos estadíos del ser.

Me la volví a cruzar @ 2004 por email, tuvimos unos muy lindos idas y vueltas. Intensas epistolares digitales. Y ahí quedó pues. Hace poquito me escribió. por SMS porque claro: como todo el mundo, no me encuentra en wasap, que no uso hace años por haber hecho un necesario detox (junto con FB, Insta, Twitter & So on), y se preocupó. En años recientes me saludó siempre para mis cumples. Preciosa persona de mi vida.

Me at the 80s {1980 > 1989}

Mirá, yo aproveché absolutamente todas las oportunidades que me dió la vida. No solo en la teenage sino siempre. La gran mayoría bien aprovechadas. Algunas muy poquitas no supe qué hacer, o hice directamente hice algo malo con mis decisiones desacertadas. Una clásica: cambiar una compañerita, una noviecita, una amante por otra de menor valor, o que resultó ser una tarada atómica. Y viceversa.

Puede pasar. Me pudo pasar. Me pasó indeed.



Recuerdo lo que fue crecer sin padre.

Desde los 4 años. From 1978 onwards.

Jamás me pregunté qué había mal en mi como para ser abandonado o como para crecer sin padre. No funciona así. 

Con mi madre tan intensa, fue y es suficiente pensaba yo ya en mi niñez y pre adolescencia.

Por supuesto que tenía problemas en mi desarrollo emocional, que impactaba en mi performance escolar, así recuerdo patente los últimos años de la primaria y los primeros años del secu. Mi dispersión, la falta de atención, la rebeldía ante la autoridad, la no responsabilidad con las tareas, las constantes críticas sobre mi errática personalidad.

Pero nada ni nadie me impidió ser feliz.

Ni las personas que me criaron bastante violentas, ni lxs que decidieron no estar como mi padre o mi tía kuka al emigrar del país, ni los violentos del barrio que eran la norma, ni nada.

Yo fuí feliz, tuve una infancia sin dudas feliz.

Fuera de casa. En la calle, donde también estaba el peligro de la violencia que sufría en casa, solo que en la calle me podía defender: y vaya si me defendía con todo! Con montones de amigos y amigas de diversos lugares, de diferentes barrios y orígenes. No solo de mi edificio y alrededores. Fuí feliz. Ahhh! fuí tan tan querido en el barrio de mi infancia y primer teenage que dejé atrás. ..

Yo, vos, elle, todes, nos podemos preguntar cómo fuí feliz con la brutal educación que tuve en casa, pero sinceramente era un niño feliz. Resiliencia for sure. Amor propio a prueba de todo y todxs!


Mis años 80s y 90s fueron fabulosos. La antesala de lo que sería mi vida.

No me arrepiento de nada. Ni de mis errores. A pesar de que muchos de ellos fueron y son imperdonables a mi entender, los dejo ahí donde están porque me han enseñado a ser quien soy. Una mejor persona.

Ninguno de mis errores han sido crímenes de lesa humanidad, ni de haber cometido ni un solo crimen menor excepto el de haber hecho algún daño emocional a alguien que alguna vez me haya querido y que haya puesto fuertes expectativas en tener una relación conmigo por haberse enamorado de mi persona. O simplemente por quererme a su lado en contra de mi voluntad.

Si tenía que cambiar, cambiaba. Si tenía que partir, partía. Si tenía que volver: pues volvía! That was my nature.

Es cierto que era un nostálgico, y siempre lo fuí, pero nada ni nadie detenía mi andar. Ni siquiera los recuerdos, ni siquiera mi propia historia.

Yo caminaba donde me lo dictaba mi corazón, mi conciencia, mis sentimientos. 

Y partir, partía. Y volver, volvía.

Es mentira que partía sin mirar atrás. Siempre fuí de reflexionar sobre mis pasos. Siempre.


Me at the 90s {1990-1999}

Si me lees, te darás cuenta fácilmente de que no soy de mucho -ni siquiera me interesa- reflexionar  sobre los porqués de les otrxs. Los acepto o no, pero me importan un huevo si no afectan mis intereses más sacrosantos.

Para mi la libertad, mi libertad, está estaba y está por encima de cualquier cuestión moral, social, cultural, sentimental. Por sobre cualquier convenio preestablecido.

Siempre la libertad fue una cuestión innegociable para mi.

Entendía que la libertad era quien yo quería ser, bajo mis propios términos, siendo tan pequeña persona. Y así crecí.
Ya para la primera década de vida no quería hacerle caso a nada ni a nadie. Y sin embargo sabía ya qué es lo que me hacía feliz: ser libre.

La habrán tenido (muy) difícil aquellas personas, dos, tal vez 4 con Les Nonitxs, que han tenido el compromiso con mi crianza positiva.

Muy difícil. 

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